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Cómo limpiar el mármol blanco

Si quieres encontrar un método para saber cómo limpiar mármol blanco de manera efectiva, tenemos que decirte que el mejor es el que combina por un lado, elementos caseros y, por otro, productos más específicos.

Y es que, por encima de todo hay que tener en cuenta que el mármol blanco es un mineral tan delicado que puede llegar a dañarse con facilidad si únicamente empleamos productos químicos.

 

Los pasos que necesitas saber para limpiar mármol blanco

A continuación vamos a condensar todo lo que necesitas saber para limpiar mármol blanco sin dañarlo. Además, al mismo tiempo, lo estaremos protegiendo al paso del tiempo y a las posibles agresiones externas que pueda recibir.

 

Comenzamos con una limpieza superficial

Como suele ser norma general con cualquier material, el primer paso que hay que dar es el de la limpieza superficial. Este proceso se puede llevar a cabo únicamente con agua y vinagre en una proporción de 3 a 1.

Una vez que la mezcla sea homogénea, se humedecerá ligeramente un paño y se frotará de manera muy delicada la superficie evitando grandes concentraciones de mezcla. Una vez completado el proceso, se retirará el excedente de mezcla pero sin proceder a un secado profundo.

 

Eliminamos la suciedad de un modo más profundo

Ahora es el turno de utilizar productos químicos. Eso sí, es recomendable que estos estén formulados únicamente a base de jabón neutro ya que es un elemento muy poco agresivo para este tipo de superficies.

Una vez seleccionado el producto, se aplicará una capa generosa de producto y se frotará con un paño evitando, al igual que en el paso anterior, grandes concentraciones del mismo. Una vez llevado a cabo el proceso de limpiado, se retirará el excedente.

 

Le aplicamos una capa de protección

Llegados a este punto vamos a terminar de limpiar nuestro mármol blanco al mismo tiempo que le vamos a aplicar una capa de protección natural. Para este cometido mezclaremos en una proporción de 5 a 1, agua y un producto químico rico en cloro. A esta mezcla se le incluirá el zumo de un limón recién exprimido.

La mezcla se aplicará con un paño frotando por toda la superficie. Iremos observando, poco a poco, cómo la suciedad más incrustada desaparece. En este caso, no deberemos invertir mucho tiempo en el limpiado ya que el cloro puede llegar a ser agresivo a pesar de que estar diluido en agua.

 

Secado a fondo

Sin lugar a dudas, este es el paso más importante de todo el proceso. Y es que, con un paño totalmente seco deberemos eliminar cualquier resto de humedad que hubiera quedado. Los productos químicos utilizado pueden dañar la superficie que acabamos de limpiar. De ahí la importancia de detenernos en este proceso todo el tiempo que sea necesario.

Si bien es cierto que en principio este proceso de limpieza se puede repetir una vez al mes sin problema, lo ideal sería no llevarlo a cabo de nuevo hasta que no sea necesario. De este modo estaremos evitando que el mármol blanco sufra más de lo recomendable.

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